Otoño + frío = condiciones perfectas para una sesión de embarazo a las afueras de Barcelona
Para quienes no lo sepáis, Elena es fotógrafa. Ella también se dedica, como yo, al mundo del recién nacido, embarazos y demás. Y, como cabe esperar, también quiso guardar el recuerdo de su embarazo junto a su familia.
Venían de lejos y nos había costado mucho encontrar una fecha que nos encajara a las dos, y cuando anunciaron que ese día llovería a cántaros nos echamos a temblar. Estuvo diluviando el día anterior, y también durante la mañana, y Elena me preguntaba si no era mejor cancelar la sesión.
Aquí tengo que hacer un inciso: siempre que tengo una sesión de exteriores todo el mundo me pregunta acerca de qué hacemos en caso que el tiempo sea desfavorable. Y en mi caso siempre digo que a no ser que esté cayendo el diluvio universal, la sesión tira para adelante. De hecho, si por mi fuera haría fotos incluso bajo la lluvia torrencial (y si no lo hago es por que me da coraje que os quedéis empapados vosotros!). Quiero que entendáis una cosa. Un día de sol resplandeciente no significa mejores fotos. De hecho, cada condición climática tiene su belleza particular, y es por eso que en día de sesión, me alegra tanto que salga el sol, como que haga viento, o como que esté todo cubierto en niebla. Y en cada situación voy a intentar sacar el máximo provecho de lo que nos encontremos! Así que en la ecuación de arriba, podéis sustituir los elementos por otros que queráis, que las condiciones seguirían siendo perfectas.
Así que dicho esto, nos fuimos al campo en una tarde oscura y muy poco cálida. Fue divertido compartir una sesión así con otra fotógrafa. A pesar de que ella no sabía si se sentiría cómoda delante de la cámara, la sesión fue rodada, aunque tuviéramos que hacer peripecias para no hundirnos en el barro que parecían arenas movedizas. Aprovechamos para charlar, reír, mientras Elena posaba y yo me deleitaba con esa maravillosa luz (o mejor dicho oscuridad) de día otoñal, frío y gris.
Deja una respuesta