Con frecuencia, los papás me comentan que no imaginaban que la fotografía newborn sería “así”. Lo dicen en el sentido de que pensaban que era más sencillo y rápido, y se sorprenden al ver el minucioso trabajo que puede llegar a implicar. Por eso quiero hablaros un poco de cómo son estas sesiones, para que podáis haceros un poquito más a la idea (¡a pesar de que la única forma de entederlo bien es viéndolo en directo!)
Las sesiones newborn tienen una duración aproximada de entre tres y cuatro horas, una duración bastante por encima de cualquier otro tipo de sesión. Hay que entender que absolutamente cada foto, cada posición, tiene un detallado trabajo detrás de dormir al bebé, relajarlo, calmarlo, y colocarlo. Y cuando digo colocarlo me refiero hasta el último detalle, hasta el dedito del pie. Ese trabajo puede conllevar largos ratos, puedo pasarme tranquilamente 15-20 minutos para colocarlo en una posición, sobretodo si es un bebé guerrero.
Tomar la foto en realidad es lo más rápido que hacemos. Una vez el bebé está listo, en pocos segundos ya tenemos la foto tomada. Y pasamos a trabajar en la siguiente pose/foto.
Todos los detalles cuentan, hasta dónde y cómo se colocan las tiras del gorrito, o como tiene los morritos el peque. Un fotógrafo formado y que trabaja con pasión sabrá tener en cuenta todos estos detalles, a parte de saber llevar a cabo cada posición y cada foto de manera segura y respetando las necesidades del bebé.
Os dejo con una pequeña de grandes mofletes que me robó el corazón :).
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